Notas dispersas en el fondo del mar. Sobre los cuerpos que no son

Frente al cuerpo de otra persona, siempre me sentí como en frente de un mar insondable.
Esta frase de Tatsumi Hijikata dice todo lo que hay que saber acerca del cuerpo.

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Alma negra 42º, Portugal 2018. Foto de Raúl Bartolomé.

Tantísimos discursos que pretenden centrarse en el cuerpo hoy en día – en un cuerpo que nunca dejará de ser un concepto. Cuando se presentan como verdaderos calcos de la realidad y no como mapas y modelos, estos discursos son un atentado en contra del mar y lo insondable. El discurso solo puede centrarse en sí mismo. El lenguaje transforma en palabras todo lo que toca. La emergencia del concepto cuerpo apuntaba, antaño, a una salida del discurso. El cuerpo contenía la promesa de un afuera, nació para dislocar la coherencia lingüística que se encierra en sí misma. El cuerpo excede el derecho y desde cierto ángulo es sinónimo de justicia.

El capitán navegaba con los brazos abiertos sobre el infinito mar de la indigencia política. Hizo lo que todas las doctrinas espirituales, religiosas, políticas, ateístas, agnósticas, populares, etc., mandan hacer. Hizo lo que solo puede no hacerse si abandonamos el pensar y la dignidad de la presencia al mundo. Y lo amenazaron de encarcelamiento. Contestó: De la cárcel se sale, del fondo del mar no.

No salimos del fondo del mar. Hemos asomado la cabeza. Y la tierra es un exilio alucinado. No acabamos de salir del fondo del mar.
Dicen que conocemos más la superficie de la luna que el fondo de los océanos. Y conocemos más el fondo de los océanos que el potencial de un cuerpo.

Cuerpo en su sentido digno remite a la experiencia de un mundo. Experiencia: del latín ex periri – expuestos al peligro. Cuerpo es un tejido de heridas.
La experiencia de un mundo. No el mundo. Cuerpo es una relación fundamental entre dentro y fuera. No hay sentido ni fuera, ni dentro, sino en su puesta en relación. Esta relación primaria es una ofrenda, una disposición, una articulación, una resonancia, un nacimiento.

La incesante insistencia en el cuerpo aparece en el siglo XXI como un pararrayos en contra de la experiencia del mundo. Muchos libros. Teorías. Teoremas. Modelos. Sumisión. Anatomía. Cauces. Meridianos. Músculos. Chacras. Derechos. Operación bikini. Moléculas. Cross fit. Células. El mundo de la imagen del cuerpo y de los cuerpos librescos va viento en popa y la maquinaria de expropiación de fuerza natal está en auge.

Cuerpo naciente son cuatro cosas entretejidas: aire, gravedad, sensaciones y imaginación. Siempre que hay movimiento hay modelación, imagen, esquema, simplificación. Necesario el sueño, nefasta su presentación como verdad.

El cuerpo es una realidad urdida en un tejido de fantasías.

Afinar tu imagen y esquema corporales mejorará tu bienestar sin duda. Pero no te permitirá salir del mundo de la imagen. Mejorará tu vida dejando al mundo intacto. Pulir la celda.

En el reciente Congreso internacional de filosofía de la danza en Madrid, Javier Martin advertía contra este espejismo que ve muy común en las prácticas contemporáneas del cuerpo: creerse de vuelta sin haber ido.

Cuerpos eficaces, eficientes, cuerpos ideales, cuerpos orgánicos, simétricos, cuerpos ortopediados, corregidos. ¿Qué significa natural, orgánico, eficiente, disponible? ¿Cómo es posible acercarse a un cuerpo con intención terapéutica sin tomar en cuenta un mundo de valores? ¿Eficiencia en relación a qué? ¿Orgánico en qué organización colectiva? ¿Disponible para qué? Cualquiera es capaz de ver que la política sin ideología es la razón instrumental realizada. ¿El cuerpo sin ideología? Como si la ciencia no fuese política. Cuerpo instrumental y mente esclavizada.

Gautama el Buda hablaba de la verdad última como de un sueño sin soñador. Hoy me convocan a ser un soñador sin sueño. Un individuo sin mundo.

Cuerpo es la experiencia de un mundo, es decir vértigo, abismo, peligro, salvajismo, alteración de consciencia, intoxicación, fuego, violencia, amor. Mundo siempre es un nosotros.

Cuerpo es la experiencia de un nosotros.

He oído tantas veces la invitación o la exigencia de unir la mente y el cuerpo. Esta unión, si no pone en crisis ni el cuerpo ni la mente, es poco más que una ciega entrega a la esclavitud que organiza nuestras vidas. Una mente individual en contacto con el cuerpo objeto abre el camino a la más vil de las sumisiones.
El cuerpo es invisible y la mente es resonancia espacial. Tiene la mente que conectar con el espacio a través del cuerpo. El cuerpo como antena resonante. La mente como fenómeno de una comunidad incomunicable.

La mente individual es el equivalente mercantil del alma religiosa. Su nombre político se dice documento de identidad nacional. Nación e identidad, iglesia y alma, consciencia y humanidad, dualismos que dinamizan el encapsulamiento, el ensimismamiento, el sufrimiento sin sentido, vidas sin salida, narcisismos sin siquiera espejos.

Buscar la mente en el cuerpo es como buscar nubes en el fondo del mar.
Como buscar la consciencia en el cerebro. Tanta sofisticación mental para el pensamiento más frívolo. Tanto miedo a experimentar un mundo.

El ojo no puede verse.
El cuerpo no puede tenerse.
El nacimiento no puede nombrarse.

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Una respuesta a Notas dispersas en el fondo del mar. Sobre los cuerpos que no son

  1. gracias.

    hay un error de ortografía…en caso de que quieras corregirlo.

    Cuerpo naciente son cuatro cosas entretejidas: aire, gravedad, sensaciones y imaginación ( sería e imaginación). Siempre que hay movimiento hay modelación, imagen, esquema, simplificación. Necesario el sueño, nefasta su presentación como verdad.

    abrazos

    Me gusta

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