
Alma negra. Festival de butoh ibérico 2015. Fotografía de Raúl Bartolomé.
Llevábamos meses investigando en el Himalaya cuando alguien interrumpió una sesión para preguntar: Pero ¿qué es lo que hacemos? ¿Qué es el butoh?
Se hizo un silencio atronador. Y la respuesta fue: “¿Qué es el butoh?” es una de las preguntas más estúpidas que un butoísta puede hacerse.
Creo por mi parte que la pregunta puede llegar a ser legítima si nadie pretende responderla al mismo tiempo que entiendo también la furia de Lee frente a cualquier pretensión de definición del butoh.
El ¿Qué? objetiva lo que anhela definir, genera la ilusión que el lenguaje es exterior al mundo. Cuando el ¿Qué? busca una respuesta, su motor es el deseo de poseer, de dominar, de someter. Definir sirve para ordenar, manipular, organizar, utilizar, instrumentalizar.
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Mary Wigman decía que ¿Quién soy yo? era la pregunta motor de su danza. Esta forma de preguntar no proyecta sobre el espacio un Yo identificado que puede someter las cosas que define con su lenguaje. Esta forma de preguntar desencadena una deriva, una diferenciación, un extrañamiento. La actitud subyacente a esta pregunta es la antítesis del inmovilismo. ¿Quién soy yo? no suena aquí como una pregunta sino como un canto.
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Hay preguntas que danzan. Preguntas que abren, qué descolocan, preguntas que nos ponen en cuestión no para encontrarnos sino para ensancharnos. Preguntas que despejan el espacio, que liberan, que alivian. Preguntas que son como flechas en el corazón del miedo y en los ojos de la prepotencia. Hay preguntas que nos emancipan de la necesidad de tener la última palabra. Hay preguntas que nos devuelven al silencio originario. Preguntas amigas de las paradojas, enamoradas de los puntos suspensivos, especialistas en el colapso mental, preñadas de abandono y entrega, aliadas de la inocencia.
¿Qué es el butoh? puede ser una de ellas. Avanzas en la sala, ¿qué es el butoh?, ¿qué es la danza?, ¿qué es estar vivo?, ¿será eso?, y ¿porqué no esto también?, ¿está aquí el butoh, está allá la danza? ¿Qué cosa es esta que me tiene agarrado al hombro? ¿Qué secretos se susurran mis costillas? ¿Qué remordimientos se escondieron detrás de mis rodillas? ¿De dónde viene esta culpa enraizada por debajo del mentón?
Ponerse en cuestión, no dar crédito de sí, no dar fe del espacio, no conocer el tiempo, no saber qué mirar ni imaginar qué decir. Lanzar preguntas al aire mientras se va revoloteando en un mundo eternamente pendiente de confirmación.
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En las semanas que vienen, compartiré cerca de veinte definiciones del butoh que hacen nuestras danzas más libres y nuestro pensamiento más curioso. Que las disfrutéis…
GRACIAS!
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grAcIAsssssss :D
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