Ciénaga

«Que pensait jadis notre tête dans l’eau?»
– Pascal Quignard, Boutès

Qué pensaba, antaño, nuestra cabeza bajo el agua ? Qué es pensar cuando no hay cuerpo objetivable sino experiencias sensoriales ?
Un pensamiento racional en el sentido estricto es imposible cuando faltan las condiciones iniciales. Razonar es sacar consecuencias de unos principios. A falta de conocimiento inicial, suponemos unos principios, unos mitos, unos acuerdos para pensar. En lugar de desplegar las consecuencias de nuestros axiomas, en el butoh nos interesa explorar la ausencia de origen.
¿Con qué sueñan los fetos? Esta pregunta no es tan lejana como parece de ésta otra: ¿A quién vota el ciudadano?
Tres son los personajes que han escuchado el canto de las sirenas. Ulises las escuchó atado al mástil del barco, Orfeo se expuso al canto mortífero tapándolo con música civilizada, Butes es el único que salta del barco, el único que se entrega a la experiencia sin salvaguardar su historia individual.
Aun estamos lejos del océano… Saltarse del barco, dice Quignard en su reflexión sobre Butes, es quitar el lenguaje, abandonar el sistema social de juicios y valores. Saltarse del barco es desidentificarse, es rechazar la identidad que el grupo impone a los cuerpos para su funcionamiento social. Desidentificarse, continúa Quignard, es identificarse al continente, al espacio.
Soy el espacio que respira, el espacio que siente, el espacio que piensa, el espacio que baila. Poco a poco me hago océano.

*

«Y tú, soñador, que el silencio entre en ti. Cerca del agua, escuchar a los muertos soñar, ya es impedir que se duerman.»
– Bachelard, El agua y los sueños

Nuestra investigación prosigue distinguiendo la imaginación formal y la imaginación profunda. La forma está vacía, la forma recibe nombre con facilidad. La forma es un pozo: no apacigua la sed. El agua, la realidad, el peso, las sensaciones, también se captan con la imaginación. Bachelard llama la imaginación profunda la imaginación que capta el contenido, el sentido, el sentimiento.
Hemos trabajado en orientación esférica (martes) y en torsiones (jueves) para aflojar la forma, ablandar nuestra imaginería corporal de manera a qué otras posibilidades corporales tengan acceso a nuestra atención.
Después de una investigación libre, ejercitamos la imaginacción o la imaginación materializante. No podemos bailar butoh ni pensar genuinamente mientras no concibamos que nuestros pensamientos están en el espacio y lo afectan – cuando no lo crean literalmente. Tomamos la experiencia real de la respiración, puente entre intimidad y comunidad, inconsciencia y consciencia, dentro y fuera, y soñamos branquias en los laterales del cuello, mezclando una experiencia directa con una imagen y observando los cambios desencadenados. Soñamos nuestros pensamientos en burbujas, espacios encerrados, espacio espumoso donde los interiores cohabitan.
Hicimos finalmente una improvisación, homenaje a mi amigo Matilde Ciria, en la ciénaga.
Podemos aplicar imágenes en cuatro zonas del espacio: en detalles (cejas, lunares, un ojo, bajo la lengua, etc), partes (brazo, rodilla, sexta costilla, sobaco, pubis, tronco, cabeza), cuerpo o espacio (sala). En este caso, el espacio (incluyéndome) es una ciénaga. ¿Qué tipo de viaje corporal desencadena la imaginación de la ciénaga?
Se desdibujan los límites del cuerpo, me disuelvo en un espacio que es una ciénaga. ¿Qué fantasías pasan por mi mente? Imágenes, colores, olores, temperaturas, pensamientos, emociones, texturas… Nuestro trabajo aquí es hundirnos en la imaginación de la ciénaga sin perder ni un solo detalle de los sucesos sensoriales en el campo corporal.

*

Edgar Allan Poe, Tierra de sueños: «Por los lagos que así desbordan de sus aguas solitarias, solitarias y muertas – sus aguas tristes, tristes y heladas de la nieve de las flores de lis inclinadas – por las montañas – por el bosque gris – por la ciénaga donde viven sapos y lagartos – por los charcos y los pantanos lúgubres – donde viven las Guíes – en cada lugar el más denostado – en cada rincón el más melancólico: en todas partes el viajante encuentra, asustado, las Reminiscencias del Pasado.» (Disculpen la traducción…)
La ciénaga despierta la imaginería de las aguas dormidas, la vida putrefacta, de la muerte cuando en realidad son criaderos de vida. Reminiscencias del pasado, vida en surgimiento. ¿Qué demonio, qué gul, qué criatura, qué recuerdo vive en tus aguas dormidas?

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