Un breve resumen de las sesiones que mantuvimos en octubre, para rememorarlas, para encontrar el hilo que las une, para añadir recuerdos, para reavivar sensaciones…
Pensamiento y movimiento (semana 1)
La primera sesión del seminario de butosofia fue dedicada a un prólogo.
Prólogo: lo que precede el discurso. Investigaremos a lo largo de doce sesiones una manera diferente de entender el pensamiento, pensaremos de manera diferente y para ello es necesario investigar en movimiento. Propuse un prólogo, propuse que desbrozásemos antes de caminar.
¿En qué sentido pensamiento y movimiento se relacionan?
Durante tres meses exploraremos distintas vías para liberar el movimiento y manumitir el pensamiento, poniéndolos en relación hasta la indistinción: entonces cada movimiento modificará el pensamiento y cada pensamiento movilizará el espacio.
Tomamos por comenzar una definición muy burda de pensamiento, tan popular como ingenua, que lo identifica con el discurso. Esta definición reza así: pensar sólo se hace con palabras y quien habla piensa. Empecemos por ahí. Hicimos entrevistas, de una en una, donde la persona entrevistada no debía mover su cuerpo, a la excepción de su cabeza y cara.
Escuchamos la pregunta y antes de contestar, antes de hablar en el silencio de nuestro cráneo, sólo escuchando, ya pensamos, y fácilmente ya estamos moviendo… los dedos de los pies, las manos, el torso.
Luego, para calentar los músculos y estirar las pieles, trabajamos un poco la idea de mover el cuerpo a unas, de manera que el pensamiento no dirige sino que acompaña. Entonces pudimos realizar el experimento opuesto: ya no hablar en quietud sino hablar en continuo movimiento. Discurso y movimiento continuo. ¿Puede nuestra atención acompañar nuestro movimiento y nuestro discurso de manera simultánea? ¿Caigo en bucle, en palabras espontáneas sin hilo o en movimientos repetidos y automatizados? ¿Puedo investigar cómo me muevo y cómo pienso en el mismo movimiento?
Si pensamiento y cuerpo físico acontecen en el mismo espacio, la propuesta butosófica consiste en derribar las paredes, en desmontar la sujeción. Si pensamiento y cuerpo pertenecen a espacios distintos, la práctica butosófica lanza puentes entre los territorios aislados.
Espacios compartidos (semana 2)
Abrimos tres espacios que nos atraviesan a todos, que nos conforman. Tres espacios en proceso que compartimos en nosotros, es decir tres espacios que no suceden en ningún receptáculo físico sino que urden el espacio común y el espacio de nuestros cuerpos. Nuestra labor es penetrar con nuestra atención estos espacios hasta que nuestro cuerpo se convierte en comunidad. El sentido de penetración es primordial.
Uno. La respiración mamífera.
Aprovechamos la respiración atmosférica para calmar el discurso interno, las expectativas, los juicios. La aprovechamos solamente surfeando con ella. El aire entra y el aire sale. Ninguna corrección, ningún control. Tal como se da, tal como sería si no le prestase atención, tal como se da a lo largo del día, o durante la noche. Así es como cuerpo y espacio, como dentro y fuera, existen sólo mediante su contacto mutuo. Puede parecer difícil al principio observar sin tomar el mando, sin normalizar la respiración. Trabajamos en la dirección de una atención discreta, sutil, un poco voyeur, espía.
Dos. La gravedad.
Omnipresente e invisible. Traba nuestros cuerpos día y noche. Para experimentar la gravedad que afecta tu cuerpo, debo observar cómo el mío dialoga con esta fuerza que lo afecta todo sobre este planeta. Íntimamente afectados por un mundo común.
Tres. Sensaciones.
Nuestro material base: las sensaciones físicas, cotidianas, banales, naturales. Cuando ninguna está disponible a mi atención, observo la respiración y la gravedad. Cuando están disponibles, las penetro, me hundo, las abro, las amplifico, las acojo, las intensifico, las dejo florecer, las libero como si de un parto se tratase, las analizo, las desmenuzo, las desmiembro, las desmonto, las exploro, curioseo en ellas, buceo, viajo, sueño. Donde hay vida hay sensación y toda sensación acontece dentro de un campo. Los campos resuenan entre sí, es decir que lo que siento participa de un mundo compartido.
La escena butoh sirve para compartir procesos reales que acontecen en el marco de mi cuerpo. La escena sirve para parir algo. La escena sirve, escribió Hijikata Tatsumi, para que el butoísta pueda sacrificarse.
Tiempos comunes (semana 3)
Investigamos la columna y el movimiento. En la semana 2, hemos visto como entrar en zonas o sensaciones oscuras, como invadir espacios sustraídos a nuestra consciencia. Esta semana os invité a bucear a través de la movilización, a través del movimiento. Buscar entrar en sí, dar vueltas alrededor de zonas oscuras, ciegas, solidificadas, tensas, doloridas, insensibles, negadas, abstraídas, etc. Modificando el patrón de movimiento y de movilización para darse de bruces con la sensación que nos permitirá entrar en el reino del subconsciente.
A continuación, con la espalda ancha y larga, invitamos nuestro pasado a la sala. Nuestro cuerpo no es sino fruto de los tiempos que lo precedieron, que de cierto modo siguen vivos en nuestra carne, en nuestras células. Nuestro pasado es muy íntimo y al mismo tiempo se trata de un espacio compartido, compartido entre todas nosotras en la sala presentes y compartido con nuestros ancestros. A través de la caminata de las cenizas, permitimos que varios mundos invaden la sala.
Empezamos suavemente a buscar imágenes, memorias, sueños y fantasías en la raíz de las sensaciones.
Imaginacción y cuerpoesía (semana 4)
Hemos empezado a buscar imágenes. Propuse un entrenamiento para tener herramientas a la hora de lidiar con imágenes, sean visuales, auditivas, cinestésicas, ensoñaciones del pensamiento, etc. Propuse imágenes para que podamos (1) soñarlas, (2) explorar y desarrollar su contenido fantástico, (3) intensificar sensaciones conectadas con la imagen y (4) en cuarto lugar, si así lo deseamos, explorar los movimientos posibles sin que se disipe la imagen aplicada a una parte del cuerpo. Llamo a esta investigación la imaginacción. Introduce la dimensión danzada en la conocida imaginación activa.
Investigación en nuestra cara y luego en nuestros brazos y por fin con dos imágenes simultáneas. Soñar dos imágenes en el mismo tiempo nos permite percatarnos de cuánto hacemos, de cuánto nuestra intención contamina nuestros mundos. Cuánto más hacemos, más limitamos nuestros sueños. Si solamente soñamos, si dejamos que sueños, sensaciones, movimientos se despliegan involuntariamente, el cuerpo se convierte en universo, con galaxias y cometas y humanidades.
Cuerpos múltiples (semana 5)
Resumimos el mes. El aire entra, el aire sale, lo hace por dos ventanillas que tal vez no acogen el mismo volumen de aire, el aire al entrar y al salir toca, roza, golpea, acaricia la piel de la nariz, este aire que es más frío al entrar que al salir. Lo proyectamos a nuestro cuerpo entero, a nuestras células que respiran, utilizamos la imaginacción para ensoñar el viaje del oxígeno en nuestro cuerpo entero.
La observación de la respiración mamífera consiste en un entrenamiento para permanecer junto a un mismo proceso durante cada vez más tiempo. Esta capacidad de focalizar nuestra atención nos permitirá luego profundizar en las sensaciones para encontrar raíces cada vez más lejanas, más evanescentes, más imposibles.
Luego practicamos con un masaje-movilización la aptitud de estar atento a dos procesos simultáneos. Me movilizan el brazo mientras busco con el otro en el espacio. Las piernas, la cabeza, la columna. Conseguimos un cuerpo disponible, móvil, sensible. Y trabajamos imágenes que afectan a la totalidad del cuerpo y luego a la totalidad del espacio.
Tenemos cuatro territorios, con fronteras borrosas por momentos, para aplicar o encontrar imágenes: detalles (bigotes, lóbulos, ojos, falanges de dedo, una costilla, una vértebra, etc), partes (brazo, mano, rodilla, cabeza, pie, vientre, etc), cuerpo, espacio.
Y viajamos.