Cuerpos escondidos (semana 1 de marzo)

1. Pieles escondidas

Rhizome Lee llama pieles escondidas a las capas de sensibilidad en periferia del cuerpo. Despertamos esta atención a las capas sutiles con nuestras manos, moldeando un muñeco alrededor de nuestro cuerpo. Para afinar la percepción de este espacio es necesario limitar el contacto físico. La intensidad del toque físico del órgano de la piel dificulta el reconocimiento de la información captada por las pieles escondidas.

Abrimos la improvisación con la idea de mover desde el espacio. Hijikata tituló el primer capítulo de su último coreografía El dios rojo. No eres tú quien se mueve, es el dios rojo, repite Rhizome Lee constantemente. El espacio es quien se mueve. Todo lo que sucede está enfrascado en el lugar.

Este espacio es ilocalizable. El acontecimiento de la vida genera su propio espacio.

Despertamos las pieles escondidas para abrir un espacio vivo donde bailar. No bailamos entre cuatro paredes sino entre capas de sensibilidad.

 

2. Caras soñadas

Estudiamos la interacción entre imagen y fisicalidad. Solemos bucear en lo físico estando atento al revés imaginario de cada sensación real. En lo que llamo imaginacción trabajamos en sentido contrario: aplicamos una imagen al cuerpo o al espacio y observamos los cambios físicos generados a través de la imaginación.

Pensamiento y cuerpo se entretejen. Hoy en día se acepta con relativa facilidad y la bibliografía al respecto es amplia. Nos falta desarrollar una sabiduría corporal real. No pensar que pensamiento y cuerpo se entrelazan, sino saber carnalmente que pensamiento y cuerpo se generan mutuamente.

Empezamos con imágenes aplicadas a la cara. No se trata de actuar, de encarnar, de mostrar sino de soñar. Soñar y captar sutiles cambios en las sensaciones físicas.

Aplicamos distintas imágenes para después improvisar una pequeña danza de cara, en dirección a los movimientos más sutiles posibles. La mayor intensidad de existencia se alcanza por caminos sutiles.

A la hora de proponer imágenes al compañero, hay que vestir un poco la imagen, estar consciente de que al sugerir una imagen propongo algo más que palabras. Estoy atento a la imagen necesaria, a la imagen que ya veo antes de proponer y cuando la propongo la incorporo también.

 

3. Cuerpos escondidos

Generamos una pequeña deriva, un no saber, una flotación. Luego aplicamos diferentes imágenes al cuerpo entero. Al cabo de un rato, después de captar como la imagen invade nuestro cuerpo, llevamos la imagen a bailar. Primero sueño la imagen, capto modificaciones físicas generadas a partir de la imagen y bailo desarrollando estas sensaciones que se manifiestan. La imagen modifica mis pieles escondidas, el espacio que habito.

Y finalmente abrimos a una improvisación libre donde intentamos bailar dentro de nuestros sueños, dentro del espacio y del pensamiento común.

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