Quimeras · Semana 9

Las quimeras son monstruos fantasiosos y también son engaños de la mente. Rhizome Lee llama cuerpo quimérico el cuerpo que se obtiene cuando trabajamos aplicando al cuerpo un mínimo de tres imágenes simultáneas. No es necesario tener una relación lógica entre las imágenes. El nivel de concentración requerido para dar vida a una quimera garantiza el interés de la criatura. Las tres imágenes garantizan su ilegibilidad, su intraducibilidad. La lógica común no sirve a la persona que presencia una quimera para entender lo que está viendo ni tampoco sirve a la persona que la encarna para comprender lo que está haciendo. La quimera nos pone en relación con el subconsciente, con las lógicas subterráneas que actúan entre los cuerpos más acá de los lógicas convencionales. Con las quimeras, con los monstruosos fantasiosos elaborados a partir de las imágenes encontradas en la investigación o a partir de cuadros surrealistas, podemos engañar a la mente para que entre en contacto con material subconsciente.

Este seminario se ha convertido en una criatura de varias cabezas. El grupo del martes y el grupo del jueves han divergido. Para el mes de diciembre, seguiremos dos caminos diferentes de (des)integración del trimestre. Para las personas que puedan y quieren, os invito a asistir a las dos clases y profundizar vuestras piezas para las muestras de la tercera semana.

El martes pasado trabajamos con manipulación y movimiento de manera a experimentar dos lógicas distintas en simultáneo. Mientras muevo un miembro desde la memoria y el peso otra persona moviliza otro miembro. Resulta curioso que por momentos requiere más atención entregar un miembro que moverlo uno mismo. La manipulación permite también experimentar el movimiento que viene del otro. Esta experiencia concreta puede extrapolarse a todo el trabajo que realizamos. La respiración, la gravedad, las sensaciones y las imágenes son otros, moverse desde ahí es tomar la alteridad (la alteración) como motor.

La quimera construida con una vieja japonesa (imagen cuerpo) que camina sobre un suelo cubierto de pétalos de flores de cerezo (imagen espacio) con un objeto preciado en la mano (imagen parte) y un hombrecito de 3 cm de altura que hace bicicleta en su espalda (imagen detalle) ha sido común a los dos grupos. Esta quimera cuenta con cuatro imágenes, cada una en una zona distinta. El martes, esta quimera nos sirvió de introducción a una larga improvisación grupal. Terminamos la clase con un shiatsu bien merecido en las piernas.

El grupo del jueves trabajó los ochos y luego creó quimeras a partir de cuadros. Compartieron sus quimeras y las enseñaron a los demás para luego construir una estructura de improvisación según el JO – HA – KYU.

Para las semanas que vienen, propondré cuatro métodos para crear una pieza asegurándonos de que resulte incomprensible. De esta manera, transformamos nuestros cuerpos en lienzos donde quien nos mira puede ver su propio subconsciente en vez de proyectar lugares comunes.

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