Territorios de contacto (semana 4 de enero)

1. Despertando el peso

Para anudar con la semana anterior y observar la sabiduría integrada, hemos empezado caminando como gatos sobre un cuerpo tumbado. Ya tenemos experiencia de dar peso, de recibirlo, de sondear límites, etc. Al dar peso organizo mi cuerpo para comunicar con la gravedad, doy el peso al suelo a través del cuerpo de la otra persona. Al recibir peso en realidad permito que transite a través de mi cuerpo. Las masas se relacionan con la tierra. La caminata de pies de gatos por momentos se transforma en patas de elefante.

Observamos el cuerpo con la idea de vacíos y llenos. Exploramos las zonas que percibimos vacías y luego las llenas, comprimiendo, abriendo, movilizando y volvemos a observar el cuerpo. Más adelante profundizaremos la idea de vacío y lleno.

 

2. Cuatro modos de contactar

A la hora de improvisar libremente surge mucho contacto físico. Improvisamos libremente pero al mismo tiempo analizamos, distinguimos, profundizamos, afinamos nuestra percepción de lo que sucede. Quise compartir este lenguaje del contact-impro. Cuatro modos de contactar, no conozco otros. Rodar, deslizar, viajar y saltar (o entrar y salir).

Deslizar. Una persona tumbada y la otra dibuja su silueta con el canto del brazo, rastrea sus contornos, sus huesos, etc. La persona empieza a mover y la otra sigue dibujando. Por momentos el dibujante se queda quieto y el movimiento de la persona deslizo por el brazo. Y abrimos a todo el cuerpo hasta que no se sepa quien dibuja a quien.

Rodar. El patrón clásico del contact. Sin perder el contacto (sin saltos), sin deslizar, exploramos con nuestro antebrazo el antebrazo del otro. Exploración mutua. Incluso diría autoexploración con ayuda de otro cuerpo. Y rodamos por el torso, por todo el cuerpo.

Viajar. Yema del dedo contra yema del dedo. Pauta: mantener la misma presión. El movimiento no tarda en aparecer y los dedos en contacto viajan por el espacio. Contactamos en otro lugar y llevamos el punto de contacto de viaje por el espacio.

Saltar. Pasar de un punto a otro sin continuidad. Puede o no haber un espacio temporal, un saaaaalto, o no.

Dialogamos con estas cuatro posibilidades. Una persona habla (dice: deslizo, ruedo, viajo, salto) y acaba su frase, la otra replica (dice: deslizo, ruedo, viajo, salto). Y poco a poco pasamos a tener una conversación silenciosa, y poco a poco dejamos de conversar para escuchar como el espacio pone en relación a nuestros cuerpos.

Hemos diferenciado estas cuatro modalidades de contactar físicamente con otro cuerpo para tener una herramienta de análisis espontáneo a la hora de improvisar, para poder profundizar en lo que sucede en tal o cual punto del espacio.

 

¿Hacia dónde?

¿Hacia dónde vamos con esta investigación?

Comprobamos esta hipótesis: somos el espacio y estamos naciendo. Buscamos otra manera de pensar(nos), y por consecuencia de relacionarnos. Nos dirigimos hacia el origen del mundo, hacia algo que sucede ahora mismo desde el fondo de los tiempos. Nos encaminamos hacia lo que en el budismo tibetano se llama la sabiduría loca. Hacia lo que en los ’60 en Japón se llamó butoh. Son solamente palabras. Vamos hacia la danza que bailaríamos si no hubiésemos aprendido nada nunca.

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