Semana 8 · Haiku

Semana 8 – Haiku

 

1. Necesidad compartida

 

Como cada semana, hemos empezado por conectar conscientemente con la necesidad. ¿Qué es lo que es necesario en el espacio? En la tierra, el campo gravitatorio es necesario, en un cuerpo animal la respiración es necesaria. Esta semana preguntamos ¿qué necesito yo ahora mismo? para saber qué tipo de masaje era el más adecuado para activar el cuerpo.

Cada una se ubicó sobre un línea imaginaria que traza un continuum desde un masaje tántrico donde una intención mental de benevolencia apacigua el ser del otro hasta la complicidad sado-masoquista donde gracias a la exploración de sensaciones intensas y la desidentificación con éstas se alcanza un estado de espíritu abierto y despejado, pasando por masajes sútiles entre tocar y no tocar, masajes que acarician la piel, que estrujan los músculos, que penetran tejidos profundos tipo shiatsu o deep tissu, que movilizan la estructura ósea a través de manipulación o que despiertan los órganos gracias a un tacto profundo y atento. Hemos compartido un masaje mutuo con la persona más cerca de nosotros en este continuum.

Resulta más fácil sintonizar y simpatizar con personas cuyas necesidades y deseos se aproximan a los nuestros, aunque en teoría no es necesario. Uno puede estar crucificado, latigado y pensar que les perdonen, no saben lo que hacen, etc. Una intención espiritual de benevolencia junto a un sadismo extremo. Puedo explorar la piel de alguien que me manipula los huesos, aunque piel-piel o hueso-hueso resulta más ameno.

Hemos empezado con este masaje para conectar con el trabajo de las capas de la semana anterior. ¿Qué capa es la que más me conecta?

 

2. Mind & Bones

 

En los años ’70, Min Tanaka y unos estudiantes viven en una granja japonesa donde desarrollan un trabajo de investigación corporal que llamarán Body Weather (el cuerpo cambia continuamente, como la temperatura). Realizaban trabajos para potenciar la sensibilidad espacial, desarrollaron una serie de manipulaciones para abrir el cuerpo y conectar sus partes y practicaban una especie de workout dinámico que llamaban MB (mind/body – muscles/bones).

Mente/Cuerpo o Músculos/Huesos… yo prefiero hacer Mente/Hueso.

Apuesto para el desarrollo de una conciencia esquelética, una razón esquelética, un tipo de pensamiento que no está determinado por la diferencia entre vida (bueno) y muerte (malo), un pensamiento no sujeto a esta dualidad central a la organización política contemporánea.

Con el MB trabajamos la coordinación gracias a experiencias de descoordinación. Concretamente está semana hemos hecho muchas giros con el fin de perder el suelo, pérdida gracias a la cual nos acercamos más al suelo real. Mientras nuestro suelo es visual, mientras tomamos la información que ven nuestros ojos como una realidad externa y verificable, mientras nuestra verdad tiene que ver con la luz, estamos condenados a marearnos facílmente, a agobiarnos en la incertidumbre, a sufrir ansiedad por cualquier cambio. Las batidas que practicamos nos ayudan a construir un suelo sensitivo, a desarrollar un cuerpo que habita la gravedad más que las imágenes. Aunque los ojos estén girando en una dirección, la cabeza en otra, el cuerpo en dirección contraria, el suelo sigue siendo donde está. Rebajar la importancia de lo visual en nuestra manera de habitar el espacio para potenciar nuestra sensibilidad a las fuerzas, a lo que está en juego en el espacio.

De cierto modo, es una apuesta a favor de la oscuridad. Hay dos maneras de pensar aquí, son incompatibles pero no son opuestas. La primera, la que heredamos en nuestra cultura, consiste en estar a favor de luz en contra de la oscuridad (distintas modalidades de este patrón han existido y existen en el mundo: democracia contra terrorismo, blanco contra negro, libertad contra comunismo, espiritual contra carnal, ario contra judío, etc). La segunda abraza la oscuridad y la luz como una modalidad de la oscuridad, la mentira como un tipo de verdad, lo otro como lo más propio, el esqueleto como lo más vivo, la carne luminosa (este tipo de pensamiento se ha desarrollado normalmente en margen del mundo mundano, prácticas tántricas en el himalaya, taoístas en los bosques chinos, misticismos en los monasterios y conventos, butoh y ciertas prácticas improvisadas).

El MB es un entrenamiento físico para ubicarnos en el espacio a la vez que disolvemos la frontera entre dentro y fuera, entre luz y sombra, una pérdida que genera presencia.

 

3. Haiku

 

Haiku es un poema corto japonés, de dos o tres versos.

La práctica propuesta fue inspirada en un trabajo de Chico Katsube y Shoko. Un cuerpo entra y propone un estar, una postura, un verso. Otro cuerpo entra y compone con el primer verso. El primer cuerpo sale del espacio, el segundo se queda solo. Este momento es una delicia. Percibir el rastro, la estela, sentir la ausencia en la composición, la diferencia abismal entre la postura del segundo cuando son dos cuerpos y cuando está sólo, la diferencia abismal entre dos posturas de un mismo cuerpo que sin embargo son la misma.

Después hemos hecho haikus de cuatro versos. No dije nada porque no caímos en ello (no mucho) pero es importante aquí que no compongamos racionalmente. Eso sería: la primera postura parece escuchar entonces me pongo como si le susurrara a la oreja, o el primer cuerpo pone cara de susto entonces entro con cuerpo terrorífico. Desde la razón convencional intento crear una imagen reconocible, identificable. Sin embargo, el haiku es un lienzo para ensoñar. Dos presencias componen sí o sí, no necesitamos crear historias por encima de los cuerpos, no necesitamos explicar, no necesitamos ilustrar. Si te explico lo que hago cabe la posibilidad de hacer lo bien o mal, de acertar o no. Si entro en el espacio, en este espacio que sin embargo no puedo no estar, entonces el observador puede ver sin tener que entender. Este punto es importante para las prácticas siguientes.

Un haiku de infinitos versos… Un verso, dos versos, tercer verso, cuarto, el quinto y el sexto se encuentran rápidamente, el séptimo se busca simultáneamente entre los dos cuerpos. Nos encontramos bailando en el espacio entre, afectados mutuamente, modulados por el espacio, descubriendo nuestro movimiento en el mismo momento que lo presentamos, estamos en la presentación y no en la representación. Si quiero hacer una historia, necesito mis ojos, comprobar, ratificar, pensar, elaborar, materializar, evaluar, adaptar… Un sin fín de trámites mentales en los cuales pierdo la escucha, la composición, el espacio entre. Soy movido por el espacio pero el movimiento se percibe muy íntimamente, luce en lo oscuro.

 

Hasta la semana que viene !

j’m

 

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2 respuestas a Semana 8 · Haiku

  1. sun dijo:

    yoza kura ya
    tooza kari kite
    kaerimiru

    cerezos en la noche
    cuanto más me alejo
    más me vuelvo a mirarlos

    Me gusta

  2. Pingback: Un espacio de sensaciones (semana 2 de febrero) | BUTOSOFIA

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